A solo dos horas del centro de Munich se sitúa la ciudad de Regensburg o también conocida como Ratisnova, que es como se conoce en español, cuyo casco histórico, reúne una gran cantidad de construcciones romanas y góticas, que datan del siglo XIII y han sido declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Esta ciudad es una de las pocas zonas de Alemania que durante la segunda guerra mundial apenas sufrió daños que afectaron al centro histórico medieval, por lo que conserva los monumentos de la época. La guerra no afectó a la ciudad debido a que el casco urbano no estaba industrializado y por eso no fue atacado por las tropas que invadieron la ciudad germana.
La ciudad tiene más de 130.000 habitantes, y una extensión que supera ligeramente los 88 kilómetros cuadrados, siendo la cuarta ciudad más grande del Estado libre de Baviera por detrás de Munich, Nuremberg y Augsburgo.
En el año 2010 parte del Palacio de St. Emmeran de los príncipes de Thurn und Taxis fue convertido en un hotel de cinco estrellas, con más de 500 habitaciones.
Los dos grandes símbolos del casco antiguo de esta ciudad son la Catedral de San Pedro, y el Puente de Piedra que cruza el Danubio, desde el año 1146. Este puente conserva todos los valores culturales y arquitectónicos de hace muchos siglos.
La forma de vida de los habitantes de esta ciudad es la industria. En especial la automoción, mecánica, e ingeniería eléctrica. El desempleo es sensiblemente inferior a los porcentajes de la zona de Baviera.
Es una de las ciudades germanas que más visitantes reciben cada año, y junto al ya derruido muro de Berlín, su casco urbano es uno de los patrimonios nacionales más importantes y característicos del país alemán.