La luna de miel significa algo más que un viaje. Una luna de miel bien planeada puede resultar un espacio de tiempo inolvidable para la pareja. Durante la luna de miel empiezan a revelarse algunas de las preferencias o debilidades que él o ella tenían escondidas. Son los viajes y excursiones momentos durante los que compartir significa algo más que una palabra, y en el caso de una luna de miel, compartir un paisaje, la visita a un museo o la habitación de un hotel, serán ocasiones propicias para consolidar relaciones que empezaron en otra parte.
Cualquiera de los cinco continentes suele entrar en los planes de las miles de parejas que, mes tras mes, deciden regalarse una luna de miel. Además de los destinos que no pasan de moda, como Venecia, Cancún o París, una luna de miel en Alemania o en un enclave montañoso de la siempre amable Suiza puede ser una alternativa más que seductora.
Multitud de agencias y compañías ofrecen catálogos con fascinantes fotografías ante las que las parejas empiezan a saborear su luna de miel. Para aquellos fans de la nieve y los deportes de invierno, nada mejor que alguna de las muchas estaciones de esquí con servicios de primera calidad, como la de Vail, en Colorado. Un paseo en carruaje, patinar sobre hielo o disfrutar del spa y de reparadores masajes, serán instantes en nuestras vidas que no olvidaremos. Como tampoco olvidaremos, durante nuestra luna de miel, el sol luminoso que llena de calor y vida las selvas de Costa Rica, país cada vez más frecuentado por parejas durante su luna de miel. Cenar contemplando el ocaso del sol desde un jacuzzi particular, o presenciar la espectacularidad de un volcán en erupción desde el confort de nuestra habitación, serán algunas de las deliciosas actividades que podremos llevar a cabo durante nuestra luna de miel en Costa Rica.