Disfrutar de un jacuzzi con vistas a un lago paradisíaco mientras se disfruta de un delicioso cocktail, sin duda es un lujo, como también lo es dejarse abrazar por las puras y cristalinas aguas de las Antillas. Pero los viajes de lujo hoy en día están al alcance de turistas a los que antes les estaban vedados.
Lo cierto es que podemos plantear viajes de lujo sin mirar el dinero, y entonces será cuando la denominación viaje de lujo cobre todo su sentido y esplendor. Los turistas que se deciden por auténticos viajes de lujo no reparan en gastos, como no reparan en servicios y atenciones las compañías que ofrecen durante las travesías las atenciones más exquisitas.
Los viajes de lujo suelen encontrar en los cruceros esos espacios y ambientes donde el glamour urbano es una constante en alta mar. Durante los viajes de lujo en cruceros particularmente dotados de instalaciones de primera clase, los turistas tendrán acceso a casinos, restaurantes de categoría máxima, saunas, teatros e incluso espacios donde poder practicar el golf y otros deportes.
Los amantes del lujo clásico hallarán en el Lido veneciano algunos de los hoteles donde las maderas nobles, los tapices más valiosos, escaleras de mármol y cuartos de baño individuales que parecen pertenecer a reinas, le harán gozar de los viajes de lujo en la ciudad del amor.
En Londres se encuentran algunos de los almacenes más lujosos del mundo. Viajes de lujo encuentran en Londres un destino perfecto en esos establecimientos donde comprar es algo más que un deseo.
Las islas de la Polinesia francesa suelen encontrarse entre los destinos predilectos de aquellos que tienen la oportunidad de contratar viajes de lujo. Practicar snorkel, por ejemplo, y después reponerse con un delicioso pescado a la brasa mientras se contempla el océano a través de los cocoteros, es algo a lo que muchos están dispuestos, pero sólo algunos llevarán a cabo.