La cordillera del Atlas es sólo una más de las posibilidades que se abren ante los turistas que se proponen realizar viajes a Marruecos. A lo largo de casi 2500 kilómetros, la cadena montañosa del Atlas recorre tres países, Túnez, Argelia y Marruecos, mediando entre los litorales atlánticos y mediterráneos y el desierto del Sahara. Viajes a Marruecos planeados para practicar montañismo en el Atlas, en especial en el Atlas medio, han sido habituales desde que millones de turistas fueron encontrando en Marruecos un país versátil y exótico donde poder realizar actividades de lo más variopinto. Valles y montañas con una biodiversidad animal y floral tan importante como la del Atlas, se hallan a menudo en las mismas rutas turísticas que ciudades como Fez, Marrakech o Casablanca.
Aunque por supuesto, pueden realizarse viajes a Marruecos sin planificación, el común de los turistas encontrará entre las múltiples ofertas que brindan las compañías turísticas, viajes a Marruecos bien organizados y en cuyos destinos, guías y especialistas ayudarán al más despistado a conocer los detalles de esa plaza que parece sacada de una película o de ese minarete desde el que el muecín llama a la oración.
Casablanca es una ciudad legendaria, y no sólo por la famosa película, por supuesto. Casablanca es la ciudad más grande del país y su motor económico, donde los turistas que realicen viajes a Marruecos se hallarán ante sorpresas como una enorme iglesia completamente blanca, la Catedral del Sagrado Corazón, o la pintoresca vista del minarete de Hassan II recortado contra el azul del cielo marroquí; azul cielo, por cierto, que se halla presente en buena parte del pueblo de Chefchaouen. Este pueblecito, eclipsado por la fama de ciudades tan conocidas como Casablanca o la mágica y suntuosa Marrakech, encanta con sus casitas encaladas en azul a quienes optan por viajes a Marruecos con itinerarios especiales.