Madagascar es un país donde la naturaleza es la dueña, o, al menos, trata de serlo a pesar de la deforestación de la que ninguna culpa tienen los turistas respetuosos que se deciden por contratar viajes a Madagascar.
Madagascar es un paraíso en la tierra, un lugar que acoge a especies de fauna y flora únicas en el mundo. El lémur es uno de los iconos del país, y pocos son los turistas que, durante sus viajes a Madagascar, no desean ver de cerca uno de ellos.
Madagascar es la isla más grande de África, un trozo del continente desgajado de tierra firme en tiempos inmemoriales, una selva en medio del mar. Sin embargo, hoy Madagascar cuenta con servicios y comodidades que harán el viaje más confortable a los turistas menos aventureros. Viajes a Madagascar hallan en la ciudad de Tomasina un enclave perfecto para el relax y el disfrute de actividades como la pesca o la navegación… o incluso para ir de compras. En Tomasina son frecuentes los alquileres de embarcaciones más o menos lujosas para adentrarse en unas aguas sin duda de fantasía, pero en las que el baño está acotado en algunas zonas a causa de los tiburones. Los panoramas en que nos veremos envueltos durante una de estas excursiones, aparecerán sólo como pálidos reflejos de la realidad en las mejores instantáneas y vídeos.
También en los viajes a Madagascar podemos hallar atractivos urbanos. En la capital, Antananarivo, el palacio de Rova es uno de ellos. Este soberbio y gigantesco palacio fue residencia de antiguos reyes y, en los años 90, sufrió un incendio del que resurgió gracias a los ciudadanos de Antananarivo. Hoy en día podemos admirar su grandeza durante nuestros viajes a Madagascar, una grandeza que se ve perfeccionada por algunas de las junglas más especiales de la Tierra.