Japón era hasta hace pocos siglos un país cerrado al exterior, cuya tradición feudal y costumbres milenarias habían creado un torrente de cultura y arte de altísimo nivel y de unas características que le hacían apartarse de cualquier otra nación del mundo. Hoy Japón es muy diferente al pasado, pero quizá esa diferencia que en los viajes a Japón salta a la vista (modernas construcciones, tecnología, cultura y educación cosmopolitas), es sólo una parte de la realidad. Sin duda los viajes a Japón son seguros y los japoneses son afables y respetuosos. Aquella antigua cultura milenaria hosca con el exterior, dotada de un arte tan particular y que hoy rebasa fronteras, ofrece a los turistas extraordinarios ejemplos que han hecho que los viajes a Japón estén entre los favoritos de tantos turistas en el mundo.
Dejando de lado la más que tentadora gastronomía japonesa, en la que el sushi es uno más de los deliciosos platos que nos brinda su cocina, los viajes a Japón encuentran en lugares como Tokio, Kamakura, Nikko, Osaka o Izu lugares que el viajero nunca podrá olvidar. Esta última se compone de una península acompañada de islas. Casi todas ellas son en los viajes a Japón verdaderos paraísos para el submarinismo y los deportes acuáticos.
En Nikko se encuentra el famoso Puente Shinkyo, de hermosa madera roja, que abre la visita a uno de los lugares que, en los viajes a Japón, el viajero nunca debería perderse. Los célebres tres monos sabios (no escuches nada malo, no hables de nada malo y no veas nada malo) son los más conocidos símbolos de Nikko.
Jardines japoneses que se ven replicados a miles de kilómetros, gastronomía japonesa que encuentra gran aceptación en países como España o EEUU, exportación de arte japonés, nuevas tecnologías… El siglo XXI y las tradiciones feudales de los Samurai se dan la mano ante el turista en los viajes a Japón.