Sea en avión o coche, en tren o en ese medio tan pausado pero tan gratificante como es un barco crucero, los viajes a Croacia se han convertido en habituales y muy deseables. Croacia es un país nuevo, pero con una vieja historia. Testimonio de ella dan ciudades como Dubrovnik o Split, destinos casi indispensables para el viajero que quiere exprimir todas las posibilidades en sus viajes a Croacia.
En la costa del mar Adriático, Dubrovnik recibe al visitante con un paisaje urbano que a buen seguro no le dejará indiferente. Impresionantes murallas y fortificaciones envuelven una ciudad en la que el particular tono anaranjado de los tejados de las casas y monumentos es sólo un detalle más en el conjunto de imágenes y sensaciones que ofrece la ciudad.
Frente a ella, se encuentran las Islas Elafitas, entre las que hallaremos ejemplos como las pequeñas islas de Lopud, Kolocep y Sipan. Comunicadas diariamente con tierra mediante ferry, las Islas Elafitas son a veces el principal destino del turista que contrata viajes a Croacia.
Pero la ciudad de Pula puede ser otro, sin duda. Su Anfiteatro Romano, muy bien conservado, da cobijo a más de 20.000 personas y, sobre todo durante verano, es lugar donde se dan cita espectáculos teatrales y de variedades que hacen la delicia de nativos y turistas que llevan a cabo viajes a Croacia.
Split es otra de las ciudades que durante los viajes a Croacia debería ser parada inexcusable. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Split ofrece al viajero, entre otros monumentos, el magnífico Templo de Diocleciano, enclave alrededor del cual, antiguamente, se fue desarrollando la ciudad que hoy es Split. El ocaso del sol es un buen momento para dejarse caer por alguna de las muchas terrazas del Paseo Marítimo de Split y relajarse con el sonido del Adriático y la música tradicional croata, interpretada en vivo en una ciudad especialmente amable y acogedora en nuestros viajes a Croacia.