Al oeste del archipiélago indonesio de las Islas Menores de la Sonda, se halla una isla que a pesar de su reducido tamaño (tan sólo 5700 kilómetros cuadrados), resulta ser uno de los destinos turísticos con más éxito de todo el mundo. Un viaje a Bali significa conocer una isla con una tradición artística riquísima y milenaria. Pero no sólo es turismo y cultura. Muchos comerciantes mayoristas de distintas partes del planeta encuentran en Bali un paraíso para sus negocios. La actividad humana, tanto comercial como cultural que ofrece un viaje a Bali, puede hacer que el viaje a Bali por placer se convierta en un viaje a Bali por negocios. Joyas, calzado, moda, mobiliario de los más diversos diseños y maderas se encuentran a disposición de quien quiera dar el paso de legalizar los documentos necesarios para poder vender estos productos en otros lugares del mundo.
Pero sin duda, un viaje a Bali significa conocer de primera mano uno de los lugares más paradigmáticos y exóticos de todo el sureste asiático. El soberbio panorama de los campos de arroz será uno de los detalles que no escaparán al visitante. Durante siglos, los nativos han tratado de optimizar un terreno escarpado y limitado por su pequeño tamaño mediante técnicas que han dado sus frutos, en este caso en forma de sabroso y nutritivo arroz.
También a pesar de su pequeño tamaño, Bali sorprende al visitante por el gran número de templos que se hallan a lo largo y ancho de la isla, miles y miles de monumentos religiosos que durante un viaje a Bali serán otro de los objetivos para la cámara y para el recuerdo. El templo de Pura Ulun Danu se halla rodeado de un lago, a cuyo dios rinden culto los lugareños en uno de los templos más sagrados para ellos y más espectaculares para los viajeros