Viajar a España significa conocer un país con una tradición cultural y una antigüedad como pocos en Europa. Sin embargo, Viajar a España es para muchos turistas viajar a sus playas. A Levante, por ejemplo, donde tantos europeos encuentran una segunda residencia “sin quererlo”, dada la impresionante oferta hotelera y de servicios. Para muchos jubilados europeos, viajar a España significa instalarse por grandes temporadas en alguno de sus apartamentos u hoteles de la costa y beneficiarse de la benignidad de su clima y del agua de sus mares.
Las casas rurales son otra de las posibilidades que se abren ante quienes desean viajar a España. En un país con un medio rural donde hallamos desde amables campos ideales para una comida en pareja o familiar, hasta desfiladeros de vértigo que pondrán a prueba las habilidades de los escaladores más osados, las alternativas para el ocio y la evasión son incontables.
Viajar a España y no visitar Andalucía es para muchos turistas un sinsentido. Tradicionalmente se ha asimilado parte del carácter español con el andaluz. El folklore típico andaluz, como el Flamenco, ha hecho y sigue haciendo las delicias de innumerables turistas en todo el mundo, que ven en él la representación más genuina del carácter español. Pero el carácter español también está en la mágica y sombría Galicia, donde a falta de sol, el turista que decide viajar a España encontrará una gastronomía basada en el pescado y marisco, además de un entorno arquitectónico y paisajístico que, a buen seguro, le dejarán con ganas de volver.
La Alhambra o las bellas y salvajes playas de Salobreña en Granada, Segovia con su colosal Acueducto y su gastronomía de lujo aunque tan distinta de la gallega, Madrid con su Cibeles y su Museo del Prado, Barcelona y su Rambla… Espectáculos, comida, diversión, romanticismo, cultura… Todo ello está al alcance de quien se proponga viajar a España.