Santorini es uno de los destinos más visitados en el mediterráneo, y es que este pequeño pueblo con sus casas pintadas de blanco y techos azules es uno de los lugares más pintorescos de la costa griega.
Para el que llega a Santorini por vía marítima lo sorprenderá ese destello de luces colgadas de la montaña, sus casas blancas que reflejan el fuerte sol griego son todo unos espectáculo para los sentidos, al llegar a la costa la forma más fácil de subir al pueblo es en funicular, la otra alternativa es hacerlo en burro, la manera tradicional en que lo han hecho los habitantes de la isla desde hace siglos.
La invitación para descubrir Santorini es aventurarse por sus callecitas y callejones empedrados y de vez en cuando parar en algún restaurante o un café con vista al mar y disfrutar del maravilloso paisaje del mar Egeo. La isla cuenta con una muestra de arquitectura ortodoxa representada en varios edificios públicos y en la iglesia del pueblo, también es posible encontrar ruinas que evocan la Grecia antigua, como un ágora y varios templos mitológicos.
Al caer la tarde no hay actividad mejor recomendada que ver el impresionante atardecer sobre el Egeo, de ser posible desde la costa para poder luego observar cómo se iluminan las calles de Santorini, dándole un aspecto muy romántico. Las noches en la isla están cargadas de música y actividades culturales. Vale la pena resaltar que la actitud de sus habitantes es siempre alegre y acogedora lo que encanta al viajero, así que no dudes y ten en cuenta a Santorini en tus próximas vacaciones.