Real de Catorce es un pueblo muy especial, quizá destaque por tratarse de un pueblo fantasma, donde es posible viajar con amigos o incluso novia o familia para recorrer lo que en su tiempo fue una de las zonas mineras más importantes de Nueva España.
A simple vista no parece especial, pero al llegar se siente esa energía de los pueblos mágicos, una ruta donde la soledad es nuestra compañía y el misterio sale a relucir en todo momento. La ruta del pellote, de las minas, de los mineros, de los paseos a caballo y las caminatas, incluso, del misterio de la vida después de la muerte.
Se trata de un sitio muy especial, cuenta con un túnel de 2.5 km llamado Ogarrio y una estación de trenes abandonada. Su arquitectura es todavía original con calles empedradas y casas de pared gruesa, de acabados elegantes y viejos, con techos altos. De noche es posible ver las estrellas con toda su inmensidad, ya que no es una ciudad de luces, mientras el paladar nos exija algo, existe buena comida para degustar.
El pueblo fantasma de Real de Catorce encierra misterio, dudas y a pesar de no llamar la atención ni figurar entre otras ciudades mágicas, su verdadera magia se siente al momento de visitarla, cuna de San Francisco de Asís y sierra que cobija a la etnia de los Huicholes se trata de un sitio de infinita riqueza.
Para llegar, cuenta con una carretera muy intuitiva que nos guía hacia el cerro donde podremos maravillarnos en nuestro viaje a Real de Catorce y su ambiente semi desértico, pero que encierra gran belleza.
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