La Mezquita del Shah, también conocida como la Mezquita del Imám, es la más grande de la antigua ciudad de Isfahán, situada a 340 kilómetros de Teherán (Irán), en las orillas del río Zayandeh.
La ciudad de Isfahán es una de las más grandes de todo Irán y años atrás fue la capital de Persia. A finales del siglo XVI, Isfahán estaba en lo más alto de la civilización por su grandeza. En esa época se construyeron grandes edificios, que se convertirían a dia de hoy el lugares históricos para visitar. En aquellos tiempos la ciudad era conocida como Nesfe Jahan, que significaba «la mitad del mundo».
Sin duda uno de los principales edificios de la ciudad fue, y es actualmente, la Mezquita del Shah. Una magnífica construcción situada en la plaza de Naghsh-i Jahan (la plaza fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979). Este área fue construída en el año 1612 y supone la segunda plaza más grande de todo el mundo en cuanto a capacidad. Tiene una forma rectangular y está rodeada por altos arcos de dos pisos.
La mezquita fue construída en la parte sur de Naghsh-i Jahan. Sin embargo, todo aquel que llega, no tendrá que buscar mucho para encontrarla ya que la Mezquita del Shah es la estructura más alta de la ciudad y su cúpula visible a gran distancia. La mezquita tiene 100 metros de largo y 130 de ancho. Los 4 minaretes alcanzan una altura de 42 metros, y la cúpula principal se eleva por encima de los 52 metros.
La construcción de la mezquita se inició inmediatamente después de la finalización de las obras en la plaza, es decir, en el 1612. El trabajo duró casi dos décadas hasta que fue terminada en el año 1629. Sin duda, la parte principal de la Mezquita del Shah, es su enorme cúpula de color azul cielo, la cual se puede ver desde casi todos los rincones de la ciudad.
Todas las estructuras de la mezquita están revestidas con azulejos con dibujos de diferentes tonalidades de azul. Las paredes están decoradas con pinturas antiguas, mosaicos y adornos exquisitos. La mayoría de las habitaciones son muy amplias y ricas en decoración, algo inusual en el mundo islámico. Por lo general, la construcción de mezquitas tiende a crear simples pero funcionales instalaciones, pero la Mezquita del Shah es la excepción que confirma la regla.
Una de las características únicas de la mezquita es su buena acústica. Dentro del edificio se puede oir claramente cada cada sonido, incluso si se trata de un grupo de turisas susurrando en el extremo de un pasillo.
Hoy en día, la Mezquita del Shah no solo es visitada por numerosos creyentes y peregrinos, sino que tambíen es visitada por turistas ajenos a la religión. Todos los años la antigua ciudad de Isfahán da la bienvenida a miles de personas a disfrutar de la impresionante arquitectura de la mezquita. Los arquitectos que admiran su moderna construcción coinciden en afirmar que el sitio es uno de los mejores ejemplos de la cultura persa.