La ciudad Dorada, la ciudad de los Cien Puentes, la París de los años 20 o el Corazón de Europa. Todas estas afecciones hacen honor a la misma ciudad y no es otra que la ciudad de Praga, la capital de la República Checa, situada en el centro del continente Europeo, la habitan cerca de un millón de personas.
Praga, es una de las ciudades más visitadas del mundo, hecho que no es raro, pues es una de las capitales más bonitas que hay. Empezando por su casco histórico encontramos el principal atractivo de la ciudad, El Castillo de Praga, el cual es la mayor fortaleza medieval del mundo, sus salones y frondosos jardines son visitables. En su interior se encuentra la Catedral de San Vito, de estilo gótico, es una de las mayores y más antiguas catedrales del mundo, en ella se encuentran enterrados numerosos reyes y obispos del antiguo Reino de Bohemia. En el mismo distrito del Castillo podemos encontrar también el Callejón del Oro, donde antiguamente se reunían los alquimistas de la ciudad para estudiar la forma de fabricar este preciado metal.
Si por algo destaca también la ciudad de Praga, es por la belleza de sus puentes atravesando el río Moldava, siendo el más famoso el Puente Carlos con cerca de medio kilómetro de de tamaño. 30 estatuas doradas de diferentes personajes famosos se reparten por distintos puntos del puente, haciendo su transito más agradable para los turistas. En ambas salidas del puente se levantan torres fortificadas de estilo gótico, que sin duda hacen que este puente sea todavía más especial. En el barrio conocido como La Ciudad Vieja, se levanta la Iglesia de Týn, con sus imponentes torres levantadas por encima de toda la ciudad. En el mismo barrio se encuentra el ayuntamiento de Praga, cuyo principal símbolo es el reloj astronómico ubicado en su fachada, el cual cada vez que es una hora en punto deja salir a varios personajes de su interior representando una escena.
Otro de los lugares de obligada visita, es el Cementerio Judío, un sobrecogedor recorrido entre lápidas amontonadas unas con otras, pues antiguamente era el único sitio donde se podía enterrar a los judío de la ciudad, estando amontonados en un mismo nicho hasta 9 personas, y las 9 lápidas sobre él. Al norte de la ciudad, a unos 120 kilómetros, se encuentra la ciudad balneario de Karlovy Vary, una ciudad con gran capital, que recuerda a la conocida Mónaco. Situada en un enclave único por sus aguas termales y sus geyseres, es visitada por multitud de famosos, en busca de un tratamiento con sus milagrosas aguas. Un destino único.
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