A pocos kilómetros de la ciudad de Luxor, nos encontramos con un pueblo egipcio llamado Karnak, conocido por el complejo de templos del mismo nombre que se sitúan en su territorio. Siglos atrás, Karnak fue considerado como el principal centro religioso del antiguo Egipto, y sus templos eran tan hermosos que el pueblo era conocido como Ipet sut (el lugar más venerado).
El complejo de templos fue contruído hace más de mil años. Durante la época, los faraones se sucedieron y cada uno de ellos trató de dejar su huella en la construcción de este grandioso complejo. Consta de 3 zonas principales, el santuario de Amón, con una superficie de 30 hectáreas, el santuario de Mut (la esposa de Amón) y el santuario de Montu, dios solar y de la guerra.
Entre todos los templos construídos para glorificar a dioses, el más grande se encuentra dedicado a la veneración del dios Amón.
Para llegar al templo de Amón, se debe recorrer una larga avenida en la que a ambos lados se encuentran esculturas de piedra de esfinges. Antiguamente, la longitud de la avenida era de casi 3 kilómetros y el número de esfinges, superior a 100. En la actualidad solo podremos ver 40 de estas estatuas y el camino apenas supera los 500 metros.
En las proximidades de este templo, encontramos una de las joyas de Karnak. Se trata del obelisco más grande de Egipto que aún queda en pie. Fue mandado levantar por la reina Hatshepsut y alcanza los 30 metros de altura con un peso de 343 toneladas. Su construcción, en granito rojo, se llevó a cabo en el año 1.457 a. C. En su base se encuentran los jeroglíficos que describen el motivo de su construcción. Aparte de este gigante obelisco, en Karnak podremos encontrar otros dos aún en pie, los dedicados a Tutmosis I (padre de la reina Hatshepsut) y a Tutmosis III (el sucesor Hatshepsut).
Una de las grandes atracciones del complejo es la gran sala hipóstila de 102 metros de largo y 52 de ancho. Nada menos que 134 columnas de piedra con 23 metros de altura cada una, decoradas con jeroglíficos y escenas religiosas.
Otro de los lugares que no podemos dejar pasar es el lago sagrado de Karnak. Tiene una superficie de 130 metros de largo por 77 de ancho y era utilizado por los sacerdotes para la purificación. Durante los festivales, las imágenes de los dioses navegaban a través del lago subidas en botes.
Karnak, no solo era un centro religioso, sino que también era la residencia real que albergaba el tesoro más rico y la administración central. En el período de 2050 A.C. al 650 A.C. Tebas fue la capital de Egipto, y Karnak, su corazón.
Karnak es a menudo visitado por expediciones científicas. Los investigadores fueron capaces de conocer casi por completo la historia del origen del complejo y hacer hallazgos realmente importantes, como por ejemplo en el año 1903, cuando Georges Legrain descubrió más de 700 estatuas de piedra, 17.000 de bronce y otros muchos artefactos en lo conocido como «la cachette de Karnak«. La mayoría de estas estatuas se pueden contemplar en el museo del Cairo.
Hoy en día los esfuerzos de muchos investigadores se concentran principalmente en mantener este maravilloso complejo. Cada año se llevan a cabo una serie de trabajos de restauración con el objetivo de preservarlo para que generaciones futuras también puedan disfrutarlos.
El complejo de Karnak abarca una superficie de aproximadamente 100 hectáreas, por lo que necesitaremos por lo menos un día completo para visitar todos sus rincones, sus puertas se abren para todos los turistas a las 6 de la mañana. Karnak forma parte de la «Antigua Tebas con sus necrópolis», declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.