Sin duda se trata de una isla muy conocida por los veraneantes que disfrutan de los paraísos naturales y se esfuerzan por encontrar destinos vírgenes que, además, les permitan un descanso placentero y una evasión de la rutina. Por otra parte se trata de un clima tropical, ya que las temperaturas de la Isla de Pascua oscilan entre los 18 y 24 grados centígrados, lo que permite visitarla en cualquier época del año.
La Isla de Pascua fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995 y se encuentra situada en la Polinesia (Pacífico Sur). Políticamente pertenece al país de Chile desde 1887 debido a que, pese a la tradición de que estas tierras no podían ser vendidas, Policarpo Toro compró parte de ella en nombre del Ovispo de Valparaíso.
En cuanto a su extensión, cuenta con poco más de 160 y en ella habita una población de algo más de 5.000 habitantes. Además del rapanui, también se habla el español, lo que permite a los turistas hispanohablantes desenvolverse sin problemas en ella.
Se trata de una isla con poca vegetación arbórea pero con un atractivo muy singular y representativo conocido en todo el mundo: su Parque Natural de Rapa Nui, donde se encuentran las populares esculturas Moais las cuales podemos ver en la foto. Un dato poco conocido es que se pueden encontrar alrededor de mil esculturas Moais de unos diez metros de altura. El atractivo fundamental de estas no es solo su belleza arquitectónica, sino la duda de cómo y quién las colocó ahí; un misterio aún sin resolver.
Por ello, su belleza trasciende de lo tangible en sí, extrapolándose a una dimensión mágica en la que su cultura indígena e influencia inca han dado lugar a miles de historias emocionantes que nos hacen soñar con un mundo más allá del que conocemos.