El escondido estado de Hidalgo es uno de los pocos concurridos de México y, no obstante, es uno de lo más hermosos. Como para darse una escapadita en un fin de semana, la capital, Pachuca, a 90 kilómetros al nordeste de la Ciudad de México, establece una excelente base. La historia del municipio está estrictamente concernida con las minas de plata que desde el siglo XVI, a unas cuantas cuadras al sudeste de la plaza de la Independencia, es ahora el Centro Cultural Hidalgo (abierto de martes a domingos; entrada libre). En su interior, el Museo Nacional de Fotografía presenta imágenes de los reputados archivos de Casasola, asimismo de un considerable repertorio de fotografías de la controvertida fotógrafa del siglo XX Tina Modotti. El Museo Regional se encuentra en el propio complejo, y al lado se ubica la iglesia de La Asunción. En el altar reposa el cuerpo momificado de santa Columba, sacrificada en Francia en el siglo III d.C.
A poco más de 20 kilómetros al norte de Pachuca, los pinares, lagos e impresionantes formaciones rocosas del Parque Nacional El Chico ofrecen un maravilloso territorio para efectuar excursiones a pie. No muy lejos se encuentra la atractiva y vieja localidad minera del Mineral El Chico.