Algunas regiones pasan cada año por una estación de ciclones. En los trópicos, las islas y las regiones costeras conservan en su memoria los recuerdos más dramáticos.
El ciclón de Bathurst Bay
El 4 de marzo de 1399, el ciclón Mahina alcanzó las costas australianas. Los testimonios de la época recuerdan una marea de tormenta excepcional: 14 m en la bahía de Bathurst (Bathurst Bay). La inmensa ola acabó con 152 barcos y más de 300 marineros. Tras su paso, se encontraron barcos y animales (entre ellos, delfines) a varios kilómetros en el interior de la costa y a algunos metros de altitud. Asimismo, también perecieron un centenar de aborígenes que vivían en la selva cercana.
Bangla Desh, afectado periódicamente
Bangla Desh sufre con regularidad el asalto de ciclones procedentes de la bahía de Bengala. Para este país, 1971, 1977 y 1999 son años negros. Pero el ciclón más destructivo fue el de 1970, durante el cual perecieron entre 300 000 y un millón de personas.
La región, superpoblada a causa de la agricultura (arrozales), quedó totalmente destruida; los cultivos y las infraestructuras de la costa fueron arrasados. Este ciclón y la guerra de independencia que le siguió inscribieron a este país, que se había acabado de constituir, en la lista de los más pobres del planeta.
A principios de la década de los noventa, y con la ayuda de organizaciones occidentales, el gobierno local inició la necesaria construcción de numerosos refugios anticiclónicos.
El ciclón Andrew es, sin duda, el que más daños materiales ha provocado en toda la historia. El coste de su paso, en 1992, por las Bahamas, Florida y Luisiana se estimó en 30000 millones de dólares.
Hugo, un recuerdo siniestro
El 9 de setiembre de 1989, una masa de cumulonimbos inofensiva abandonó el continente africano a la altura de Senegal. Dos días más tarde, estas nubes provocaron una depresión tropical que, tras pasar al sureste de las islas de Cabo Verde, se transformó rápidamente en un huracán: Hugo. Este ciclón pertenece a la numerosa familia de ciclones del tipo Cabo Verde (conocida como ondas africanas del este) que nacen de una inestabilidad en la capa inferior de la troposfera debido al contraste térmico entre el calor que existe en el sur del Sahara y la temperatura más fresca del golfo de Guinea.
El huracán tardó siete días en cruzar el Atlántico. Alcanzó Guadalupe el 16 de setiembre. A pesar de la destrucción de la estación meteorológica de la isla, se pudieron tomar medidas: se calcula que los vientos, globalmente de 220 km/h, pudieron alcanzar ráfagas de 300 km/h, destruyéndolo todo a su paso. Se registró una marea ciclónica de 3 m que arrastró a los barcos hasta 2,50 mi por encima del nivel del mar. El huracán se debilitó rápidamente tras llegar a Carolina del Sur el 22 de setiembre.
Entre 1973 y 1997 Bangla Desh sufrió tres temporales, entro inundaciones, un tsunami y dos ciclones que dejaron a su paso un total de 400000 muertos y 42 millones de afectados.
Tristes récords
El ciclón más intenso, es decir el que generó los vientos más fuertes jamás registrados, fue el Tip, con vientos que alcanzaron los 305 km/h (noroeste del océano Pacífico, 12 de octubre de 1979).
Tip también es considerado el ciclón más importante, con un diámetro de vientos superiores a los 60 km/h y un diámetro de 2 200 km.
Por su parte, el tifón Forrest, que arrasó la misma zona en setiembre de 1983, ostenta el récord de la intensificación más rápida: los vientos más fuertes pasaron de 120 a 285 km/h en 24 horas.
La marea de tormenta más alta fue la provocada por el ciclón de Bathurst Bay (Australia), en 1899 de 14 m.
El ciclón John, que evolucionó en el litoral boreal del océano Pacifico en agosto y setiembre de 1994, tuvo una vida excepcionalmente larga, 31 días.