Una de las mezquitas más inusuales del mundo es la Gran Mezquita de Djenné. Este edificio fue construido en la misma ciudad de Djenné (Malí), que se encuentra en una de las islas situadas en el medio del río Bani. La ciudad de Djenné es considerada uno de los asentamientos más antiguos de África, mientras que la mezquita data del siglo XIII y aunque fue reconstruida varias veces, obtuvo su forma actual en 1907.
La característica principal de la mezquita es el material que se utilizó para so construcción: barro. Este barro era una mezcla de paja, arcilla, cáscara de arroz y estiércol. Los ladrillos hechos de banco eran considerados como uno de los materiales de construcción más baratos, pero su durabilidad era de solo un par de años.
Cuando comienza la temporada de lluvias, la mayoría de los edificios de la ciudad literalmente se deshacen y la mezquita no es la excepción. Cuando las lluvias llegan a su fin, los habitantes locales organizan un festival anual, cuyo objetivo principal es restaurar las mezquitas y edificios de la ciudad.