Existen muchos negocios clásicos, pero es que también existen muchos que son necesarios y traen cierto sabor a nostalgia a la altura de nuestro paladar. Claro que ahora, hablando de paladar, se me ocurre ese imperioso sabor a fruta madura y ese escalofriante recuerdo del placer de lo fresco, pero es que además no tenemos que olvidarlo.
Resulta, o da la casualidad, que internet permite a los negocios clásicos seguir existiendo. ¿Quién no hay querido o ha necesitado que le traigan la fruta a domicilio? ¿Qué sea eltendero, si pudiera, que la trajera de su mano firmada con su esfuerzo y sonrisa característica?
Es aquí que en internet las oportunidades siguen vigentes y que lo único que tenemos que hacer es seguir creyendo en ellas, apoyando todo este tipo de iniciativas para que así tan bellas costumbres no desaparezcan nunca, para que así nada bello pueda desaparecer nunca jamás, ¿no os parece?