Falmouth, con algo más de 20.000 habitantes, es un pueblo situado en Inglaterra a unas cinco horas de Londres. Para ir, solamente hay que dirigirse a la estación de Paddington y ahí, montarse en un tren directo que te lleva a Falmouth. Aunque el viaje puede parecer algo largo, no puedes dejar de mirar los paisajes que tienes desde la ventanilla, y observar el cambio que se produce en él según vas dirigiéndote más al sur de Inglaterra.
Falmouth, aunque es algo caro, es un lugar precioso, con unas casas blancas que parecen sacadas de un cuento. Sin coches, sin ruidos, y con una playa, es un lugar idóneo si lo que buscas es alejarte de las aglomeraciones de la ciudad, además cuenta también con un puerto marítimo, que es por lo que más se conoce este lugar.
El Castillo de Pendennis, en la zona oriental, se alzó en su momento para evitar posibles ataques, de ahí que esté situado en una pequeña montaña, a la que puedes acceder sin ningún problema. Este castillo fue uno de los que Enrique VIII mandó construir en 1539, algo fascinante de ver para los que les apasiona toda la historia de los Tudor.