En el sur-oeste de los Estados Unidos, al norte de Arizona, a 240 kilómetros del Gran Cañón se encuentra el «Cañón del Antílope», que obtuvo su nombre debido a sus inusuales paredes rojas, algo parecido a la piel de un antílope. No es muy conocido en el mundo, pero la belleza y singularidad de este lugar puede impresionar incluso al viajero más experimentado.
El cañón se ha formado a los largo de cientos de miles de años por la erosión del agua. El agua de lluvia, que baja por las paredes y se mete en las grietas, van formando bellos pasillos. En este lugar no encontraremos bordes en filo o cortantes, sólo suaves transiciones de unas paredes a otras.
El Cañón del Antílope es uno de los lugares más extraños del planeta. Sus paredes de color rojo brillante son como llamas congeladas. Especialmente hermoso se pone el cañón en los días soleados, cuando los rayos de luz que penetran en su interior, tiñen los estrechos pasillos de colores completamente inimaginables.
El cañón se encuentra en una reserva de indígenas navajos, por lo que si decidimos visitar este lugar, es casi imprescindible contratar un guía navajo (el precio rondaría los 20 dólares por persona) para que nos haga una visita por el cañón.
Visitar el Cañón del Antílope sólo se recomienda hacerlo acompañados de un guía, ya que es fácil perderse, y en tiempos de lluvias, puede traer consecuencias dramáticas, ya que se inunda en muy poco tiempo. Mucha de la popularidad de este cañón se remonta al 12 de agosto de 1997, cuando 11 turistas perdieron la vida en su interior. Además de la amenaza de una rápida inundación, también existe el peligro de tropezar con serpientes venenosas y arañas.
El cañón se divide en dos formaciones separadas conocidas como «Cañón del Antílope superior» y «Cañón del Antílope inferior». Son muy similares entre sí, pero quienes las visitan coinciden en que la parte superior es más hermosa.
Las mejores épocas para visitar el cañón son la primavera (marzo-abril) y el otoño (octubre-noviembre). En estos intervalos de tiempo tendremos muchos días despejados, y como señalamos anteriormente, en los días soleados el cañón es simplemente fantástico. En invierno, es muy diferente, ya que el interior se vuelve muy tenue.
El Cañón del Antílope es popular no sólo entre los turistas, sino también entre los fotógrafos. Estos últimos consiguen increíbles y misteriosas imágenes de este bello lugar.
Si usted decide visitar el Cañón del Antílope, lo mejor es dividir el viaje en varios días. Así tendremos la posibilidad de, además de conocer el Cañón del Antílope, acercarnos al Gran Cañón. La distancia entre ambos es de tan sólo 150 millas (240 kilómetros aproximadamente).