Berlín es una ciudad sorprendente, que trás superar la Segunda Guerra Mundial, ha conseguido prosperar hasta convertirse en un lugar de gran atracción turística. Recorriendo las calles de Berlín te vas encontrando historia en cada rincón que pisas, algo impactante ya que con tus ojos puedes comprobar todo lo que llegaste a estudiar en la escuela.
Una ciudad verde, con una cantidad de árboles y parques considerable, en la que se esconde un pequeño rincón apartado de las aglomeraciones: El Monumento Conmemorativo a los Soldados Soviéticos.
Un lugar situado en el Parque Treptow, donde se alza una impresionante estatua de 12 metros de alto y con un peso de aproximadamente unas 70 toneladas. Esta estatua, escondida entre un magnífico bosque, se encuentra al final de un camino lleno de fotografías talladas en mármol blanco, y simboliza a un soldado que sostiene con un brazo a una niña, mientras que con el otro tiene su espada con la que destruye una esvástica nazi. Fue terminado de construir en el año 1949 por las fuerzas de ocupación soviéticas y sirve de recuerdo a los soldados del Ejército Rojo que cayeron en su lucha por derrotar a la Alemania Nazi.
Este lugar tan lleno de historia, es un sitio perfecto al que acudir para ver una realidad que ha ocurrido, pero además, con un día de pleno sol, es ideal para pasear e incluso hacer un pequeño picnic mientras te encuentras rodeado de tanta naturaleza.